04 enero 2011

NOSEMOSIS: LA IMPORTANCIA DE SU CONTROL.

(Por JULIO E ERNST, Implementador de  Buenas Prácticas Apícolas y Buenas Prácticas de Manufactura, Perito Apicultor Nacional)
La nosemosis, es enfermedad muy contagiosa provocada por un parásito intestinal denominado Nosema Apis Zander, que afecta tanto a la reina como a las obreras y a los zánganos.
Este protozoario, al infectar la colmena afecta directamente su estado general llegando a provocar un desabejado tal que provoca su muerte o que nos es económicamente improductiva.
No existe un período o época típica para su detección, dado que es una enfermedad que esta muy influenciada por las condiciones climáticas que se registren en cada región.
Ciclo de infección y contagio: La infección de la abeja se produce generalmente dentro de la colmena, al ingerir alimento contaminado con esporas, al limpiar deyecciones ajenas, pillaje y/o extravío de abejas enfermas.
Estas esporas ingresan vía oral, atraviesan el tracto digestivo, para alojarse en las células del ventrículo en donde germinan. Allí, liberan nuevas esporas al tubo digestivo, infectando nuevas células o diseminando la enfermedad a través de las heces.
Este ciclo dura entre 48 y 60 horas y la destrucción total del ventrículo 15 días aproximadamente, ocasionando la desnutrición de las abejas, acortando su vida, pérdida de población, descenso de la producción y muerte de la colmena (esto varía sustancialmente de la carga de esporos.)
Sintomatología: Las abejas afectadas se ven impedidas de absorber los nutrientes de la miel y  polen, y en contra partida aumentan el consumo hasta un 30%.
Se presentan los siguientes síntomas:
- Disminución en capacidad de volar y alas temblorosas.
- Agrupamiento de abejas en cercanías de la piquera.
- Deficiencia en atención de la cría o su abandono.
- Abejas débiles con movimiento lento por inanición.
- Atrofia de las ovariolas de las reinas.
- La presencia de abundante deyecciones sobre la piquera, no siempre es síntoma de nosemosis. Esto es una creencia difundida entre muchos apicultores, quienes, ante la presencia de estas deyecciones curan sin previo un análisis, incurriendo en muchos casos en un gasto innecesario.
- Achicamiento brusco de colonias, desabejado parcial o total.
  “No siempre la reducción de la población es nosemosis. Hay muchos factores que despueblan las colmenas, hasta una intoxicación. Por otro lado, una acción de varroa muy acentuada puede provocar una despoblación muy importante como también la acariosis o la misma falta de alimento” (Ing Agr Susana Bruno – Boletín del Colmenar – Nro 46.)
- Hinchazón del abdomen por sobre consumo de alimento.
 La hinchazón del abdomen se produce debido a que el intestino medio y la ampolla rectal se llenan de alimento y heces, comprimiendo los sacos aéreos e impidiendo que las abejas puedan volar. Las abejas sanas eliminan sus heces cuando vuelan, en cambio las enfermas mientras están asentadas sobre los marcos, paredes de las alzas o frente de piqueras.
Diagnosis: A campo y laboratorio..
A campo, lo realizamos observando el ventrículo de abejas de alguna colonia dudosa. Una abeja sana lo presenta de un color amarronado o verdoso amarillento, turgente, elástico, en cambio la enferma, blanquecino, lechoso, flácido y deformado.
En laboratorio, enviando una muestra de pecoreadoras  tomada de piquera o en su defecto de cuadros laterales, asegurándonos un eficiente diagnóstico para no gastar en medicamentos o para determinar los pasos a seguir.
Medicación: A la fecha se utilizan fármacos con presencia de fumagilina.
Si bien la fumagilina no tiene poder destructivo sobre las esporas de Nosema Apis, sí interfiere y destruye las fases evolutivas del protozoario.
Según experiencias de distintos apicultores y profesionales, es recomendable aplicar el medicamento con jarabe y no espolvoreado o en paty.
No curaremos las abejas enfermas, pero sí evitaremos el contagio e interrumpiremos la reproducción de la enfermedad.
Predisposición a la enfermedad: Partiendo desde el principio básico que las abejas nacen sin Nosema, muchas veces el apicultor ha favorecido o predispuesto a la abeja, a la colmena y al apiario a contraer esta enfermedad.
Los principales factores que influyen son:
- Exceso de humedad: lluvia, inundaciones, jarabes muy diluidos.
- Núcleos o cámaras que entren al invierno débiles.
- Escasa reserva de polen.
- Ubicación de colmenas en lugares con sombra permanente.
- Aperturas y revisaciones innecesarias en invierno.
- Alimentación con cuadros de miel y polen provenientes de colmenas enfermas.
- No dar demasiado espacio a los nidos de cría evitando el enfriamiento.
- Recambio de cuadros, lo recomendado es un 33% anual.
- Ubicar colmenas en lugares que permitan el vuelo higiénico.
Conclusiones: Las buenas prácticas de manejo, nos llevan a evitar curar o “renegar” con una enfermedad que influye directamente en la producción.
“Prevenir es mejor que curar” y la detección a tiempo con una muestra llevada al laboratorio puede ser la resultante de tener o no tener cosecha.
“La utilización de medicamentos es una herramienta más para el control de la enfermedad, como lo es el diagnóstico temprano, forma de manejo y trabajos de desinfección. El tratamiento preventivo como recurso permanente de la explotación, no es razonable ni económico.” (Per Apic Walter Seewaldt – Jornadas de Capacitación – Sta Rosa – 2000).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias - Thank you.