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26 enero 2016

BIO-ANATOMIA DE LA VARROA JACOBSONI / BIO-ANATOMY OF MITES JACOBSONI.

La hembra de Varroa jacobsoni es de color marrón rojizo ovalada y plana y de 1.1 a 1.6 milímetros con placas de quitina en la espalda (Fig. 1). Tienen el vientre peludo con lo que se garantizan una óptima adherencia a la abeja. Los ejemplares adultos tienen cuatro pares de patas en la región pectoral que les permite agarrarse y desplazarse ágil y sorpresivamente. El primer par de patas porta los órganos sensoriales que también sirven de antenas. Ciega, trabaja con el sentido del tacto y olfato.

Fig. 1: Esquema de una hembra adulta en vista ventral (a la izquierda) y dorsal (arriba).

En la abeja adulta sólo se encuentran ácaros hembras ; el ejemplar macho es de color pálido a perlado, son menores de tamaño de 0.7 por 0.7 milímetros, tiene forma redondeada (Figura 2), no está quitinizado por lo que muere por desecación cuando la abeja hospedadora completa su desarrollo y sale al exterior y no se encuentran fuera de las celdas de cría. Tampoco se alimenta debido a que su aparato bucal está adaptado para fecundar a la hembra, los huevos miden 0.5 milímetros y son blancos, usualmente son encontrados en la base o en las paredes reproductoras de la abeja.

Figura 2: Representación de la varroa macho.

Biología de Varroa jacobsoni

El ciclo de vida de Varroa está íntimamente ligado con el ciclo de vida de la abeja mellifera; su reproducción y desarrollo está determinado por la cantidad y tipo de cría presente en la colonia de abejas; el ácaro muestra una notoria preferencia por las crías de zánganos, debiéndose esto a que existen mayores cantidades de hormonas juveniles que se encuentran en la hemolinfa o sangre de las abejas a una menor temperatura. Sin embargo cuando se carece en la colonia de cría de zángano, V. jacobsoni tiende a infestar crías de obreras donde se reproducirán y desarrollarán.

Figura 3: Ciclo de vida de la varroa.

En el ciclo de vida de V. jacobsoni existen 2 fases; una es la fase forética, la cual es cuando el ácaro permanece sobre las abejas adultas, sean éstas zánganos u obreras y generalmente se les halla en el abdomen por debajo de los escléritos abdominales donde se sostienen de las membranas intersegmentales utilizando las patas y partes bucales.

La otra fase es la reproductiva que precisamente se da en las celdas de cría operculado así como lo describe Remy Vandame en el estudio de Control Alternativo de Varroa en Apicultura en el que menciona lo siguiente.

La Varroa madre se reproduce exclusivamente en una celda de cría, generalmente después de un periodo forético; la entrada en la cría debe ocurrir a una edad de cría precisa, y constituye un punto crítico en la vida de Varroa.

Entrar demasiado temprano signfica para la futura Varroa madre, un riesgo importante de ser detectada y retirada por las abejas antes de la operculación de la cría, entrar tarde no le es posible ya que la cría es operculada; es decir, herméticamente cerrada a toda entrada o salida.

Sabe exactamente cuando una celda de cría en su noveno día está a punto de ser operculada.

Ingresa en el momento exacto, se zambulle en la papilla y se esconde sin ser detectada por las abejas obreras, cuando la celda esta operculada entra en actividad, poniendo sus huevos mientras se produce la transición de larva a pupa.

Después de haberse alimentado sobre la abeja, la Varroa madre pone por primera vez 70 horas después del operculado y queda inmóvil durante un minuto tocando la pared con su primer par de patas.

Cuando su primer huevo emerge por el orificio genital sitio cerca de la placa genitoventral, la Varroa madre lo mantiene contra la pared de la celda durante unos diez minutos con sus dos primeros pares de patas. Eso permitirá al joven Varroa tener sus patas orientadas rumbo al sustrato y caminar inmediatamente después de la eclosión del huevo. A lo máximo la Varroa madre pondrá 6 huevos, de esta manera con un intervalo medio de 30 horas.


En las celdas de obreras pone 6 huevos y en las de zángano 7; los que pasan por los estados de huevos, larvas, protoninfas, deutoninfas y adultas. Cuando la celda es infestada con una sola Varroa madre el apareamiento solo puede ocurrir entre el macho y sus hermanas, el macho se aparea con la primera hembra tan pronto cuando llegan a la fase adulta (9-10 días después de puesto el huevo) y lo repite hasta 9 veces; y así lo hace con las otras hembras.

Una Varroa hembra es fecundada únicamente en la celda donde nace, luego una parte del aparato genital se destruye; en las celdas donde el macho muere antes del apareamiento las hembras quedan infecundas para siempre y esto ocurre en un 10-46% en las celdas (22).

Posterior a la puesta de un huevo, se puede ver dentro de éste una larva, ésta se cambia en protoninfa (cuerpo esférico especialmente en las hembras); deutoninfa (la hembra tiene el cuerpo elipsoidal y aplastado de color blanco y finalmente se convierte en adulto); las hembras adultas joven tienen el cuerpo café claro, mientras las hembras mayores de 24 horas de edad y tiene el cuerpo café oscuro, la deutoninfa y el adulto macho se parecen a la protoninfa hembra, pero se distingue de ella por el cuerpo mas anguloso y de color verde. La salida de Varroa jacobsoni Oudemas se da cuando emerge la abeja de la celda, la cual trae consigo; la Varroa madre y su descendencia, en algunos casos parte de la descendencia se queda en la celda y la que sale trata de subir sobre las abejas; generalmente teniendo preferencia por abejas nodrizas.

Los ciclos reproductivos que cada hembra Varroa puede tener no se conocen pero artificialmente se conocen 7 ciclos.

El periodo de desarrollo o metamorfosis completa es de 5.5-7 días y el de las hembras 7.5 a 9 días.

La forma de alimentación dentro de la celda operculada se da mediante una punción que hace a la larva para extraerle la hemolinfa; esta punción la realizan los ácaros jóvenes y su madre.

La descendencia de la madre Varroa, ya estando maduras sexualmente requieren una alimentación adicional antes de poner su primer huevo, esto sucede entre 4 y 14 días en donde se montan en una abeja para punzarla y alimentarse; al alcanzar la madurez buscan una celda de 9 días y el proceso se reinicia.

En cambio cuando la madre Varroa emerge de la celda junto con la debilitada abeja, busca una nueva celda a punto de ser operculada y el proceso se repite.

El periodo de vida de un ácaro de Varroa es de 3 a 6 meses, esto depende de la temporada y humedad en el interior de la colmena; con temperaturas entre 13-25º C y 50% humedad relativa las hembras viven menos de 24 horas, el acaro puede sobrevivir hasta 9 días sin alimentarse fuera de su huésped.

La expansión del ácaro generalmente se da por el pillaje, la deriva del ir y venir de los zánganos y la manipulación inadecuada de colmenas por parte del apicultor.

El efecto que produce la acción de Varroas sobre las larvas es la pérdida de peso, falta de vitalidad, muerte prematura, cuando la cría es parasitada por más de 8 ácaros, las pupas mueren y no concluyen su metamorfosis (Figura 4), y esto da lugar a que se manifiesten signos parecidos a la enfermedad de Loque Americana; por el hecho de que cuando las larvas mueren sufren un proceso de putrefacción desprendiendo un olor desagradable; sin embargo las abejas retiran los opérculos quedando en el fondo de las celdas, los excrementos de los ácaros que son fácilmente observables teniendo forma filamentosa de color blanco.”

Figura 4

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20 diciembre 2015

INCREMENTAR EL NÚMERO DE COLMENAS - INCREASE THE NUMBER OF COLONY.

INTRODUCCIÓN.
Para el apicultor es un reto incrementar el número de colonias de abejas, especialmente si hubo adquirido solo unas cuantas, pues en los últimos años es más probable que el número de colmenas disminuya a que se multiplique, debido a las tendencias naturales de enjambrazón y emigración de las abejas africanizadas, a diversas enfermedades y parasitosis (primordialmente varroasis), y a que la deforestación va en aumento. 







Para contrarrestar tal tendencia es necesario un buen manejo general, que incluya:
Cambio de reinas cada año o año y medio; diagnóstico y tratamiento de enfermedades y parasitosis dos veces al año después de cosechar; alimentación de estímulo previo a una floración principal, y renovación de panales cada cuatro a seis ciclos de producción.

Si además, el apiario se encuentra en zona con suficiente flora que produzca néctar y polen y/o si las colonias se movilizan siguiendo las floraciones, el número de colonias podrá incrementarse a voluntad del apicultor hasta en un 100 por ciento cada año.


TECNOLOGÍA.
En apicultura, para “multiplicar el número de colmenas, hay que “dividir” las colonias, colocando a cada porción una reina, y siempre es necesario que tales colonias tengan una gran población de abejas y además contar con:

- Colmenas “nuevas” (“colmena”, es la serie de cajas en las que habita la colonia de abejas; no es necesario que sea estrictamente “nueva”, es suficiente con que la colmena esté en buenas condiciones)

- Bastidores con cera estampada o trabajada (en buenas condiciones)

- Reinas “nuevas”

En algunos casos, conviene trasladar la división a otro apiario.

Además, se debe considerar que:
Cuando hay tiempo cálido, sin mucho viento ni lluvias y hay floración (generalmente en primavera), es cuando las colonias tienden a enjambrar y la división se facilita.

Si las colonias tienen seis o más panales con cría, la colonia se puede dividir dentro del mismo apiario; de lo contrario, aun con una gran población de abejas, es preferible cambiar de locación porque las abejas tenderán a regresar al sitio original dejando a la porción dividida demasiado débil. 

Si una colonia tiene siete u ocho panales con cría (PC), la colonia puede originar dos colonias adicionales, una sola con abejas adultas y dos divisiones con 3 ó 4 PC.

En las divisiones con cría, será necesario revisar y destruir toda celda real que las abejas formen, para que mejore la aceptación de la reina nueva.

Se requiere alimentar artificialmente a las divisiones con jarabe y polen o substituto de polen.


Existen tres períodos en que se puede efectuar esta operación: a) antes, b) durante y c) después de una floración importante (después de la cosecha).

Antes de la Floración.
Las colonias requerirán ser alimentadas para estimular a una gran producción de abejas.

La principal ventaja es que en esa época los trabajos de campo son relativamente pocos y, si se le colocan bastidores con panal y no solo con fundación de panal, es posible cosechar miel en la próxima temporada.

Durante la Floración.
Al ser la época de multiplicación natural de las colonias, es mucho más fácil, con la ventaja que se controla la enjambrazón y es época propicia para que las colonias trabajen la cera y se pongan fuertes para la “siguiente” cosecha.

Después de la Cosecha.
Generalmente hay muchas abejas adultas, pero poca cría, porque las abejas estuvieron almacenando miel y no dejaron espacio para la postura. Las nuevas colonias deberán trasladarse a otro apiario.

Este período es de mucho trabajo porque se debe revisar la presencia de reinas y reparar material averiado, además, es cuando se recomienda dar tratamiento para las diferentes enfermedades y parasitosis de las abejas.

Por otra parte, al haber finalizado la floración, no es fácil que las abejas trabajen la cera estampada.



Incremento del número de colmenas cuando hay cría. 
Consiste en colocar las “nuevas” colmenas en el sitio donde vayan a quedar, alejadas algunos metros de las colonias originales.

En las nuevas colmenas se pasan tres o cuatro panales con cría (por lo menos la mitad que sea operculada) y todas las abejas que estén pegadas. Cada porción dividida deberá tener dos panales con miel y polen y/o se debe alimentar artificialmente con jarabe y polen o substituto de polen.

Se reduce la piquera a un mínimo:
La colmena en el sitio original queda con al menos cuatro panales vacíos y alimento. A esta colmena van a regresar todas las abejas que ya vuelan, mientras que en las nuevas colonias, habrá solo abejas jóvenes.

Después de una hora, más o menos, se revisa(n) rápidamente la(s) colonia(s) nueva(s) y con facilidad y generalmente sin piquetes, se encontrará la reina original, la cual se debe devolver a su colmena. A todas las demás divisiones se les introducirá una reina “nueva”. Esto se hace así porque las abejas jóvenes, aceptan más fácilmente a las nuevas reinas.

Mutiplicación del colmenar cuando no hay cría.
- Colocar una colmena vacía y la original en el sitio de ésta (se mueve un poco) de manera que las abejas entren indistintamente en cualquiera de las dos colmenas.

- Poner la mitad de los panales en la colmena vacía y al mismo tiempo.

- Revisar donde quedó la reina.

- En donde no quedó, poner una reina nueva en una jaulita con suficiente candy para que salga en tres o cuatro días.

En la noche se cierra la piquera y se traslada la división.

Por: Teresa B. García P Campo  e-mail: logar@acnet.net

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14 diciembre 2015

CHILE: Control biológico de Varroa destructor con hongos entomopatógenos.

En el Centro Tecnológico de Control Biológico del Instituto de Investigaciones Agropecuarias - INIA-, se desarrolla un bioacaricida para el manejo no contaminante de Varroa destructor en colmenares comerciales, en base a hongos entomopatógenos chilenos. 


El ácaro Varroa destructor (Acari: Varroidae) es originario de Asia, donde parasita a la abeja Apis cerana. Debido a la trashumancia comenzó a parasitar a la abeja de miel Apis mellifera causando serios daños en los colmenares en todo el mundo. Desde su introducción a Chile, en el año 1992, se ha distribuido a casi la totalidad del país ocasionando graves pérdidas económicas entre los apicultores.

La enfermedad ocasionada por este ácaro (Varroasis) se inicia cuando la hembra fecundada de V. destructor abandona a la abeja adulta que ha parasitado y penetra en una celdilla de cría de abeja a punto de ser operculada. A las 48 horas de haber sido puestos los huevos nacen las ninfas del ácaro, las que comienzan a alimentarse de la hemolinfa de la cría de abeja. 

En las abejas adultas, la hembra de V. destructor busca las zonas blandas para perforarlas y succionar la hemolinfa de su huésped, causando dos tipos de daño: un daño físico al disminuir el contenido de proteínas y un daño tóxico infeccioso, debido a la transmisión de microorganismos causantes de enfermedades virales y bacterianas.

Los acaricidas registrados en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para el control de la enfermedad son Amitraz (tiras), Bayvarol (Flumetrina) y flumetrina (tiras). Sin embargo, es factible encontrar resistencia a estos productos y además residuos de ellos en miel y cera cuando son aplicados indebidamente. 

Otra alternativa de control es el uso de aceites y ácidos orgánicos como el ácido fórmico, oxálico y el timol, los cuales han sido intensamente estudiados en Europa y Asia.

Una alternativa de control que aún no ha sido explotada es el uso de agentes de control biológico, práctica que en los últimos años ha cobrado creciente interés, debido a la preocupación por contar con nuevas formas de control de plagas no contaminantes y más amigables con el medio ambiente. 

Además, se dispone de más información sobre la biología y producción masiva de estos organismos, incluyendo los hongos que atacaban a la varroa.

Antecedentes sobre el uso de hongos entomopatógenos (HEP) señalan que es posible controlar ácaros en todos sus estadios, con hongos tales como Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae. 

Ensayos de campo realizados sobre colmenas de abejas en Estados Unidos han demostrado la capacidad de M. anisopliae para controlar V. destructor.

En Chile, desde el año 2005, el Centro Tecnológico de Control Biológico del Instituto de Investigaciones Agropecuarias -INIA-, (ubicado en el Centro Regional de Investigación Quilamapu, Chillán) en conjunto con la Universidad Austral de Chile y con el apoyo del Fondo para la Innovación Agraria (FIA), han estado desarrollando el proyecto “Desarrollo de un acaricida biológico para el manejo no contaminante de Varroa destructor en colmenares comerciales”, cuyo objetivo es establecer una estrategia de manejo de varroa, mediante la elaboración y uso de un bioacaricida en base a HEP chilenos.

Hasta el momento los resultados obtenidos han permitido seleccionar un aislamiento del hongo M. anisopliae denominado Qu-M845, que en ensayos de laboratorio ha logrado un control del 98% de ácaros.

Asimismo, en evaluaciones de terreno este aislamiento ha logrado un control de 67% de varroas cuando se aplicaron las esporas sobre y entre los panales de las colmenas en otoño (Figura 1 y 2).

En aplicaciones en primavera este aislamiento incrementó la caída de varroa en un 50% en comparación a colmenas en las cuales no se aplicaron estas esporas. 

La especificidad de este tipo de control asegura que su aplicación no dañará a las abejas. Lo anterior, junto con la capacidad patogénica del aislamiento seleccionado para el manejo de Varroa destructor y su tolerancia a las condiciones ambientales a las que será expuesto, permite considerar a los HEP como una nueva alternativa de control para esta plaga. 

Glosario:
Hemolinfa: sangre de los insectos. 
Aislamiento: cepa de hongo entomopatógeno obtenida desde muestra de suelo o insecto parasitado.

Investigación: Marta Rodríguez S. Ingeniero Agrónomo. Marcos Gerding P. Ingeniero Agrónomo. M.Sc. Investigadores INIA-Quilamapu.

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